Agra mágica
En el post anterior comenzamos un maravilloso recorrido por la India junto a nuestra colaboradora, la fotógrafa argentina Isis Petroni, comenzamos su ruta por Nueva Delhi y nos tomamos un tren rumbo a Agra. Hoy llegamos a esta ciudad mágica y descubrirla a través de la mirada de Isis es descubrirla con todos los sentidos, su relato nos transporta, viajamos con ella, caminamos por sus calles, sentimos los aromas, conocemos su gente y nuestros ojos se llenan del colorido brillante e intenso que contrasta con el blanco del marmol de los templos y los tonos rojizos y terrosos de las construcciones...viajemos con Isis!
Ese mismo día cuando llegué a Agra, dejé las cosas en el hotel y fui al encuentro del Taj. Los indios me seguían mirando a cada paso que daba, pero esta vez el paisaje había cambiado y estaba en un pueblo. La gente en Agra es más amigable y van allí de toda India a ver el monumento al amor más grande del mundo. Todos sonríen y siguen mirando. Es muy común que los indios que visitan el Taj pidan sacarse fotos con los turistas, nosotros les llamamos la atención tanto como ellos a nosotros. Me saqué fotos con mujeres con saris, abuelas y hombres de diferentes edades. Me convirtieron en un
objeto exótico!!! Y yo me dejé, y a cambio les pude sacar bellas imagenes. Yo quedo en tu cámara y vos en la mía, ese era el trato. A los indios les encanta que les pidas una foto, se les infla el pecho de que los elijas para retratar, aman ser diferentes y exóticos (a mis ojos claro, sino sería a la inversa). Esa tarde me senté a charlar entre señas y sonrisas, el idioma universal que todos entendemos facilmente. En un momento “charlaba” sentada en el piso con 2 mujeres y 2 hombres de Rajasthan y a varios les empezó a parecer curioso,
entonces se quedaban parados a nuestro lado mirando y escuchando. De repente éramos 30, y vino un guardia a dispersarlos. “Do you also feel the hot??” me preguntó una señora con la cara más inocente del mundo y sincera curiosidad. Fue casi casi lo mismo que preguntarme si también iba al baño. No paro de sorprenderme. La impresión causada por Delhi y su bullicio permanente cambió rotundamente en este pueblo. Agra es otra India...
Al día siguiente desperté antes del amanecer y fui una de las primeras en entrar al Taj (si,volví). Por la tarde está lleno de gente, pero muy pocos caminaban por ahí a la hora que llegué el segundo día: 6 a.m. Creo que hay que tener las dos experiencias, por la tarde con bullicio y lleno de color y por la mañana para sacar fotos con el Taj vacío. El primer día hice la del turista tipo: me puse esa especie de guantes en los pies que te dan con la
entrada sin sacarme las ojotas. Por la mañana del segundo día decidí que quería pisar el mármol del piso del Taj con mis pies. Pisar el mármol con los pies desnudos no sólo facilita la conexión de uno con el lugar donde está, también te ayuda a mitigar el calor sofocante de julio. También aprendí que los monos no son nada amistosos y que no les gustan las fotos. A pesar de los carteles de “Please be quiet” no pude evitar gritar y salir corriendo cuando un mono se me tiró encima cuando le sacaba una foto.
Desde Agra puede visitarse Fatehpur Sikri y recomiendo contratar un taxi con aire acondicionado para hacerlo. Es más barato que un tour y manejas tus tiempos aparte de poder parar en el recorrido para hacer fotos. Hay que tener mucho cuidado con los niños vendedores. Son tantos comparados con los turistas que al menos se te asigna uno y te hace "marca personal" durante todo el recorrido. Intenté todo, desde la ignorancia hasta explicarle que no necesitaba nada. Nada funcionó. Decirle que no a un niño es difícil,
pero hay algo aún peor: decirle que si. Si lo haces, olvidate de estar tranquilo hasta llegar al hotel. Una horda te perseguirá hasta el final de los días, porque si compraste uno sos una presa posible…podes volver a ceder!
Fatehpur Sikri fue una ciudad, hoy fantasma, erigida por el emperador mongol Akbar. Adentro podes cruzarte con algún que otro Sadhu, ascetas hindúes que siguen el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación. Al lado está la mezquita de Jama Masjid. Mi impresión fue como entrar a un mundo de leprosos. Una parte del paseo totalmente evitable y sucia. El camino hasta Fatehpur Sikri es muy interesante: son 40 minutos de la “India rural”, y lo pongo entre comillas porque para mi toda India es medio rural (hay vacas en el medio de las avenidas y monos en las ciudades). Es un recorrido de hermosos paisajes y algunas zonas con comercios donde pude ver una especie de bocinas gigantes que aparentemente son equipos de sonido para bodas. Evidentemente hay un estilo indio que se traslada a todo y las decoraciones de estas bocinas eran coloridas y únicas...
Definitivamente INDIA es DIFERENTE, UNICA, llena de CONTRASTES, un lugar que te conecta con lo más esencial y que te cambia en buena parte la forma de ver las cosas. Isis es una viajera inquieta que no puede dejar de guardar cada imágen en su cámara, es tanto lo que tiene para compartir que les dejamos de regalo una serie de fotografías de esas personas "amigables" que querían ser retratados por ella :)
Todas las fotos de este post son de Isis Petroni