Lisboa II
Para disfrutar de Lisboa a bocados!
Uno de mis pasatiempos favoritos cuando viajo es ir a cafeterías y restaurantes bonitos, cuidados tanto en la comida como en el espacio, lugares donde se nota que han puesto esmero en hacer que la gente que vaya se siente a gusto, en casa. Me gusta sentarme, observar la gente que entra y sale, probar algo de lo que me recomienden… para mí es una experiencia importante del viaje y antes de visitar algún destino nuevo suelo buscar cafeterías y restaurantes a los que ir cuando esté allí.
De los meses que estuve viviendo en Lisboa, las mañanas que no trabajaba con Sanda (estuve en Lisboa haciendo de assistant a Sanda Vuckovic, una fotógrafa que, a mí parecer, hace unas fotografías sublimes), me encantaba irme con mi ordenador portátil a diferentes cafeterías que había ido viendo en mis paseos y pasar el rato allí en lugar de quedarme trabajando en casa. De todas las que probé, que fueron muchas :), estas 5 son mis favoritas:
1. Copenhagen coffee lab. La verdad es que este lugar tiene muy poco de portugués pero merece tanto la pena! Lo llevan 2 hermanas gemelas danesas y tiene algo más de 3 años de vida. La decoración es sencilla, minimalista y cuidada, de estilo muy nórdico; hay un vaivén continuo de gente procedente de todos los países (de hecho, es más frecuente escuchar hablar inglés que portugués ahí dentro); el café es buenísimo, un café de mucha calidad; sus cinnamon rolls son un must a probar y tienen también ensaladas y tostadas variadas para una comida más ligera. La gente que entra allí lo hace tanto para un café rapidito como para pasarse la mañana trabajando con el portátil o estudiando… está en la rua nova da piedade, 10, bastante cerca de las zonas más céntrica que son baixa y chiado.
2. Cafe da garagem. Este lugar es exquisito tanto por sus vistas, como por su decoración, como por su pastel de chocolate. Es la cafetería de un teatro que queda arriba de todo del barrio de Alfama, muy cerquita del castillo de San Jorge, en una cuesta de las que no se olvidan fácilmente, pero la subida merece tanto la pena! La cafetería tiene forma rectangular y en uno de sus lados hay vidrio en lugar de pared con lo que las vistas son una maravilla, especialmente al atardecer, cuando las tonalidades de la ciudad empiezan a cambiar y a enrojecer. Por las tardes, además, suele ir un señor mayor que toca el piano que hay ahí y la experiencia no puede ser más bonita: la música en directo, las vistas y su bolo de chocolate, que está increíble. La decoración del lugar también es muy singular: puertas antiguas que hacen de mesas, sillas colgadas en la pared, zapatos vintage de decoración… Merece la pena ir sin prisas y sentarse a disfrutar de toda la experiencia. Costa do Castelo, 75
3. Manteigaria – fabrica de pastéis de nata. Los dulces más típicos de Portugal son los pastéis de nata, unos pastelitos de hojaldre y crema a los que la gente suele añadir un poco de canela espolvoreada o de azúcar. Los hay en todas partes y en Belem, que es de donde son originarios, hay una pastelería con muchísima fama y donde se forman largas colas para comprarlos. La Manteigaria me gusta porque puedes ver en directo cómo se hacen. El establecimiento es pequeñito, no hay sillas para sentarse, tan solo un par de mesas altas y una barra en la que apoyarse. Lo único que venden son los pastéis de nata y café para beber pero su encanto reside en que a través de una vidriera, mientras te estás comiendo tu pastelito, puedes ver cómo los están haciendo y yo, que personalmente me encanta saber la historia que hay detrás de cada cosa, me quedaba embelesada mirando. Los sirven tal y como salen del horno así que siempre están calentitos y crujientes. Rua do Loreto, 2
4. A luz ideal. Esta pequeña cafetería/restaurante queda un poco alejada de los circuitos turísticos más frecuentes. Aún así yo la recomiendo muchísimo, especialmente si vas a estar más de 3 días en la ciudad y te da tiempo a salirte de las zonas más céntricas. Teresa y Pedro son pareja y los creadores de este espacio. Cuando lo abrieron su objetivo era ofrecer un espacio cálido y muy casero a los clientes y yo creo que lo han conseguido sobradamente. Tienen un menú de mediodía sencillo al que no le falta nada: una sopa, un zumo natural y un plato a elegir entre dos (uno de ellos siempre vegetariano). Hacen tartas y dulces caseros cada día con lo que el espacio huele divinamente. El cariño que le ponen se transmite en absolutamente todo, te sientes súper bien y cuidado, y el local, aunque pequeñito, es encantador, y tiene una luz ideal :) Rua General Schiappa Monteiro, 2A
5. Landeau Chocolate, en LX Factory. Landeau Chocolate tiene la fama de hacer el mejor pastel de chocolate de Lisboa (yo creo que están empatados con el de Cafe da Garagem :)). Está muy rico, la verdad, y el espacio, pequeñito y muy cuidado, huele todo el rato a chocolate. Este lugar me gusta, además, porque está en la zona de LX Factory, un imprescindible de Lisboa. Bajo el puente del 25 de abril, es una zona pequeñita de 3 o 4 calles, repleta de tiendas bonitas y de diseño, talleres de artistas y artesanos, y cafés y restaurantes tranquilos y agradables. En LX Factory está también Ler Davagar, una librería antigua de 2 pisos, impresionante, que merece la pena ver. Rua Rodrigues de Faria, 103.
Espero que hayas gozado de este recorrido por mis lugares favoritos de una ciudad que no deja de sorprender y espero, también, que si vas a algunos de estos sitios puedas disfrutarlos como hice yo en su momento.
Hasta la próxima!
Ph. Anna Codorníu