Budapest y París
Hoy les presentamos a otra de las bellas colaboradoras de Viajar Inspira, ella es Laura, en su web ella se define así: Autodidacta y curiosa por naturaleza y con inagotables ganas de aprender. Mientras el diseño gráfico y el interiorismo forman parte de mi día a día, aprovecho mis ratos libres para disfrutar de mi mayor afición: capturar todo lo que se encuentra a mi alrededor. Mi pasión por el mediterráneo se refleja inevitablemente en mi trabajo mediante lineas puras y frescas, texturas y colores neutros.
Eso mismo que la define es lo que nos motivó a invitarla a colaborar en este espacio, su mirada es calma, slow, clara, ella nos invita a recostarnos entre sábanas blancas con un libro en la mano y dejarnos llevar por las horas, despacio, tranquilos, en paz...Hoy ella comienza sus stories por dos hermosas ciudades de Europa, los dejo con Laura:
"Durante este invierno recorrí varias ciudades europeas hoy os hablare de dos de ellas Budapest y la mítica Paris"
BUDAPEST: la ciudad separada en dos.
Budapest me impresionó tan solo llegar, arribé de noche y desde la antigua Buda, donde se encontraba mi alojamiento, pude disfrutar de la immensidad del Danubio, sus puentes iluminados y las magníficas vistas a Pest. Ví el contraste entre las dos partes, Buda muy monumental pero más calma y Pest, igual de monumental pero mucho más animada. De Buda me quedo con the Fishermans Bastion, the Buda Castle y Gellert Hill dónde puedes disfrutar de unas maravillosas vistas de la ciudad, de sus puentes y desde donde os recomiendo ver el anochecer.
Llegó el momento de cruzar aquellos maravillosos puentes y llegar a Pest. Y aunque el tiempo no me acompañó me permitió disfrutar de ella y de su estudiada y sublime arquitectura, que contrastaba con los murales más contemporáneos realizados en muchas de sus fachadas. En Pest encontré la parte más céntrica, donde callejear siempre es la mejor opción, también descubrí los famosos ruin bars situados en el barrio judío de los cuales me quedo con Szimpla Kert un sitio obligatorio para una parada tècnica.
Para disfrutar de unas buenas vistas del centro de la ciudad os recomiendo sin duda subir a la azotea de St. Stephen's Basilica en el centro de la ciudad.
Y para acabar de tomar fuerzas es obligatoria una parada en Liberté un precioso bar donde se come de maravilla a un precio muy asequible. Seguimos paseando y nos topamos con una tienda curiosa “Wild flower bar”, un pequeño y precioso estudio floral y más adelante con una tienda de ropa que sale de lo convencional: Nanushka. Finalmente para marchar relajado y con un buen sabor de boca sin duda es obligatorio un baño en la piscina exterior de los baños Széchenyi. El paseo es corto pero suficiente para enamorar, hasta la próxima visita Budapest :)
PARIS: redescubrirla
Siempre nos han hablado de París como la ciudad del amor y yo la describiria más como la ciudad de la MAGIA.
Hacía demasiado tiempo que no recorría sus calles y París consiguió volver a sorprenderme. Me perdi por sus canales, rios y callejuelas, me senté en sus terrazas con sus sillas siempre alineadas hacia la calle, comí crepes cerca del Sena y ví su otra cara, descubri el París cosmopolita y moderno, nada clásico y rococó. Y sí, aunque la torre Eiffel siempre será magnífica definitivamente hay vida después de ella.
Me alojé en un bonito hostal cerca de le Marais, un barrio lleno de vida y repleto de tiendas, cafeterías, donde os recomiendo perderos por sus calles pero sin dejar de visitar la preciosa tienda con cafetería y libreria MERCI, es un concept store donde me hubiera quedado eternament, todos la conocen por su coche clásico en la entrada. Tampoco se pueden perder la bonita y curiosa tienda Maison Kitsune y las jabonerías Le Labo y Aesop. Para reponer fuerzas me encantó L’Improvable un peculiar bar escondido en una callejuela perfecto para tomar o comer algo. Otros imprenscindibles del barrio son sin duda la concept store The Broken Arm para un tentempié y Nasashi para los amantes de la cocina asiática.
Dirigiéndos al canal Saint Martin nos encontramos con otra bonita tienda La Tresorerie repleta de objetos que querras llevarte de vuelta a tu casa así como un bonito bar, cerca de ella nos topamos con Liberté, una curiosa pastelería donde degustar los famosos dulces franceses.
Cerca de Le Jardin du Palais Royal encontramos La Galeria Vivienne, unas pequeñas y curiosas galerías que recomiendo visitar. Dentro de éstas se encuentra Daroco un restaurante tan bonito que vale la pena visitar aunque sea solo desde fuera y si os apetece un break no dudeis en hacer una parada en la Cafeteria Telescope.
En la visita reglamentaria a los monumentos más característicos de la ciudad recomiendo parar en le Palais du Tokyo una bonita galería de arte desde donde además se pueden ver unas bonitas vistas de la torre Eiffel.
Cruzando el Sena en la otra parte de la ciudad es imprescindible una visita obligada al precioso Jardin des plantes con el jardin botánico en su interior, la preciosa Libreria Shakespeare & Co, perderse por el barrio judío y para los amantes del impresionismo, visitar el museo de Orsay.
París es infinita, podría hablar horas de ella, estuve unos pocos días y seguramente vuelva para seguir descubriéndola. Hoy los dejo en “la calle de París”, perdida entre edificios modernos encontré esta pequeña callejuela repleta de casas de colores que nos tele transporta y nos invita a volver siempre, porque París es historia, cultura, gente, arte, cafés, amor; París es MAGIA.
Hasta la próxima!
Laura
Ph. todas las fotos de este post pertenecen a Laura Riú.