Amsterdam
Llegó el viernes, vamos terminando la semana y hoy nos vamos a Amsterdam de la mano de otra de nuestras colaboradoras, los dejo con Eli en primera persona, ella es amiga y se enamoró del proyecto ni bien lo vió nacer, ella es una viajera incansable que promete inspirarnos, los dejo con ella:
"Hola! Soy Elizabet y soy argentina. Nací en Buenos Aires y luego me mudé a Mar del Plata cuando era chica, lugar en el que vivo hasta hoy en día.
Soy Licenciada en Comercio Internacional y Diseñadora de Interiores. Una combinación algo inconexa, pero que me representa perfectamente ya que la dualidad rige mi vida. Desde chica siempre tuve curiosidad (y aún la tengo) por descubrir que hay más allá de las fronteras del país en que vivo, la diversidad de culturas, de paisajes, de comidas…Creo que eso es lo que me llevó a estudiar Comercio Internacional, como una herramienta para encontrar esa conexión con el resto del mundo. Pero más tarde, también mi lado artístico, por llamarlo de alguna manera, reclamó su lugar en mi vida y es entonces cuando decidí estudiar primero Fotografía y luego la carrera de Diseño de Interiores.
Amo viajar sobre todas las cosas, y casi todos mis viajes los hago sola (algo con lo que me llevo muy bien). Viajé a muchos lugares, pero aún me quedan muchos más por descubrir. Mi primer viaje sola fue cuando me recibí de Lic. en Comercio Internacional y mis papás me regalaron un viaje a las Cataratas del Iguazú. A partir de ahí ya no pude parar… y espero no hacerlo nunca!
Soy fanática de la playa, amo el mar en todas sus versiones, y estoy aprendiendo a nadar (ya que de chica no pude por problemas en los oídos) para poder hacer actividades en el agua, sin miedo. También estoy incursionando en la pintura, por el momento de forma autodidacta, ya que amo el arte, el diseño y la arquitectura. Hoy comienzo mis posts en este espacio que me recibió con los brazos abiertos, hoy los llevo a Amsterdam y espero inspirarlos!
Amsterdam es una de mis ciudades favoritas de Europa. Es algo así como todo lo que está bien…La sensación más fuerte que me quedó de mi paso por esta ciudad, es que al parecer no hay una sola persona que viva en ella que no sea feliz. Como si no existieran problemas de ningún tipo. Y quizás esta reflexión no sea tan utópica.
Atravesar sus canales y puentes llenos de flores, de bicicletas estacionadas, rodeados de su arquitectura típica de Casas Torre, te transporta a otra época, con cierto aire de romanticismo. Pero saliendo de la zona histórica de la ciudad, también es modernidad, es desarrollo, innovación y arquitectura sustentable. Con más canales que Venecia, se puede pasear por ellos en barco para ver la ciudad desde el agua y “chusmear” las Casas Flotantes allí estacionadas. Se puede elegir entre paseos guiados, y otros con barra libre de tragos a bordo que se ven pasar frecuentemente al atardecer, como para despedir el día en modo "enjoy"…
Es también una ciudad de plazas y parques enormes repletos de verde y de pequeños lagos, como el Vondelpark, ideal para pasear en bici, hacer un pic-nic, o simplemente tirarse al sol.
A pesar de ser capital de su país, Amsterdam se mueve a un ritmo relajado, sin apuro, con sus propios códigos de vida urbana y con la bicicleta como principal medio de transporte. Y se usa para todo, y a todo momento. Ya sea que vayas a trabajar o a una fiesta. La cantidad de bicicletas supera ampliamente a la de automóviles, algo que me encantó! Además, si hay algo que me gusta de un lugar cuando viajo, es que sea “caminable” y Amsterdam sin dudas lo es. Estoy segura que el hecho de que la sede política y administrativa del país sea La Haya, seguramente contribuya en mucho a que Amsterdam tenga este ritmo descontracturado.
Algo que disfruté es ver como al atardecer la gente se sienta en la puerta de su casa, sola, en pareja o con amigos, a disfrutar de un “wine and cheese” (vino y queso)…me pareció que ahí está la clave de todo ! Díganme si eso no es saber disfrutar de la vida… :)
Otra práctica habitual es terminar el día tomando una cerveza (y de las buenas) en un bar con amigos. Por ejemplo el Van Zuylen en la calle Singel, justo desde el momento en que empieza a caer el sol y hasta largas horas de la noche, cosa que no pasa tanto en otras ciudades del norte de Europa.
Y como para muestra sólo hace falta un botón, basta darse una vuelta por el animado barrio del “Red Light District” o Barrio Rojo, con su oferta de Coffee Shops donde fumar marihuana es legal pero fumar tabaco está prohibido, y donde las mujeres ofrecen sus servicios sexuales en vidrieras a la calle. Pero el Red Light District no es solo eso, sino que también ofrece una amplia oferta de bares y restaurantes convencionales llenos de turistas y curiosos, y además es muy seguro. Aunque parezca un "antro" si de algo estén seguros es que está todo muy reglamentado.
Lejos de las intenciones del Red Light District, la zona de Leidseplein es un área con muy buen ambiente para cenar o tomarse un trago durante la noche, o también para ir durante el día y ver el despliegue de artistas callejeros ofreciendo todo tipo de espectáculos.
Como si hiciera falta algo más para que esta ciudad esté dentro de mis favoritas, Amsterdam es un paraíso cultural y de diseño. Es a la vez una muestra de antigüedad y vanguardia. Tierra de Rembrandt, Van Gogh y Vermeer, cuenta con varios museos donde apreciar sus obras maestras. En especial el Rijksmuseum, el Museo de Rembrandt (que recomiendo mucho), y el Museo de Van Gogh.
Para los que amamos el diseño, lo encontramos a la vuelta de cada esquina. Sea de interiores, indumentaria, gráfico o industrial, hay para todos. La zona de las 9 calles o “Negen Straatjes” es una muestra a cielo abierto para disfrutar e inspirarse, como también lo son Jordaan y Haarlemesrtraat. Algunas de las muchas tiendas para visitar son The Frozen Fountain, By Popular Demand, Mooi y &Klevering.
Y pensando en diseño y color también Amsterdam nos regala el "diseño natural" de sus flores y en especial de sus tulipanes. No puedo dejar de mencionar que el Mercado de las Flores o “Bloemenmarkt”, es una visita obligada. La variedad de flores, aromas y colores merecen mucho la pena. Y como no podemos traernos la planta a casa, algo muy bueno para el viajero, es que venden bolsitas con bulbos, aunque sea para hacer el intento una vez que volvamos.
Me hubiese gustado estar más tiempo en Amsterdam, pero fue suficiente para entender por qué todos parecen ser muy felices. Los envuelve una bohemia nórdica, ese diría yo "saber vivir" disfrutando de las cosas simples.
Hasta mi próximo post!
Eli Tagtachian.
Todas las fotografías de este post son de Elizabet Tagtachian.